28 de enero de 1998

Boletín Hortícola Nº 18

ANALISIS DE SUELOS EN CULTIVOS INTENSIVOS

El conocimiento del estado de los recursos naturales sobre los que se sustenta la producción hortícola en nuestra región y la metodología de evaluación de esos recursos, es de suma importancia en la actual situación. Por ello, iniciamos una serie de notas sobre análisis de suelos que dadas las actuales circunstancias, se debe transformar en una práctica habitual en las explotaciones hortícolas.



La actual etapa de desarrollo de los cultivos intensivos bajo invernáculo en la región del Cinturón Verde del Gran Buenos Aires ha llegado a una fase de consolidación gracias a la incorporación de instrumentos tecnológicos que le permiten alcanzar altos rendimientos

La concreción de este desarrollo, además del aporte tecnológico se realizó, en buena medida, a expensas del uso intensivo del recurso suelo. En la actual situación numerosos invernáculos de la zona aparecen con problemas decaimiento de sus propiedades edáficas tanto físicas como químicas a causa del manipuleo excesivo.

La pérdida gradual y constante de la calidad de los suelos condiciona la rentabilidad de la explotación, ya que se produce una disminución de los rendimientos, aumento de los costos de producción para obtener, de ser posible, los mismos rendimientos y disminución de la calidad de los productos obtenidos.

Los suelos de la región, por su formación, tienden a sufrir desmejoras en su funcionamiento pues son originalmente pesados, con tendencia a perder su estabilidad estructural, y a compactarse en sus capas subsuperficiales. A estas dificultades básicas se le agrega el uso de aguas que con altos concentraciones de bicarbonatos y, en algunos casos, de sodio, que aumentan sus problemas de manejo.

En relación al deterioro de estos suelos se pueden adoptar dos actitudes : una cambiar de suelo transladando los invernáculos a otro lugar con tierra nueva; la otra, conocer las dificultades que los aquejan y resolverlas. Para ello es preciso determinar el estado en que se encuentran desde el punto de vista físico y químico, mediante el uso de la metodología de análisis existente para cuantificar el nivel de problema.

Estos análisis nos proporcionan información del estado nutricional actual y potencial del suelo en cuestión, pero antes de realizar el análisis es importante establecer qué tipo de problemas pueden aparecer.

Estas presunciones pueden esclarecerse conociendo los ant

ecedentes inmediatos del suelo a analizar, como asi también si las limitantes que presenta el suelo son de orígen físico, fisicoquímico o químico ya que permitirian orientar la interpretación.

Cuando se cultiva un gran número de invernáculos y se debe elegir para realizar el análisis de los suelos se debe optar por aquellos que presentan mas dificultades o que llevan mas años en explotación. Es útil realizar un análisis completo antes de establecer el cultivo y repetirlo en ese invernáculo cada dos años aproximadamente.

Una vez establecido el invernáculo problema, es preciso, antes de realizar la toma de muestras, verificar que la superficie de la cobertura sea homogónea. Si no lo es, por cada sector que no presente iguales características, se toma una muestra.

También es importante determinar la profundidad del muestreo

ya que esta debe guardar relación con el desarrollo radicular del cultivo. En el caso de realizar el análisis durante el cultivo es oportuno revisar el estado de las raíces su desarrollo, color, sanidad, y si sufren algún impedimento en su difusión.

En cuanto al número de submuestras a tomar en i

nvernáculos de 1000 m², lo mas adecuado serán seis a ocho en como mínimo en zig zag. Una vez tomada la muestra se envía aproximadamente un kilo al laboratorio.

En el envío deben figurar las determinaciones que sean necesarias para obtener un panorama lo mas completo posible del estado actual del suelo en cuestión.

Esas determinaciones son:

pH, conductividad eléctrica, carbono total, nitrógeno total, fósforo asimilable, capacidad de intercambio catiónico, cationes intercambiables, micronutrientes, textura y capacidad de retención.

Es importante que aparezcan los métodos de análisis util

izados, pues los datos variarán en función del extractante ( caso del fósforo ) y también la forma química en que se expresa cada nutriente. El análisis, para ser completo, debe contener la interpretación de los datos obtenidos en relación con el cultivo que se va a implantar.

Los resultados de los análisis, además de proveer la información del estado de capacidad nutricional del suelo, permite establecer los niveles la concentración de los distintos nutrientes, el nivel del pH, las sales y la materia orgánica que pueden estar presentes.

Uno de los primeros resultados a interpretar

es el del pH.

Una vez recibida la información del laboratorio, se debe observar el valor del pH y si se encuentra entre los niveles adecuados tanto para las plantas como con los nutrientes.

Los cultivos desarrollan en un rango de pH óptimo según se puede observar en el siguiente cuadro.

CULTIVO

pH

Alcaucil

6,8 -- 7,5

Apio

6,2 -- 6,8

Berenjena

5,5 -- 7,6

Clavel

6,5 -- 7,4

Crisantemo

6,3 -- 7,2

Chaucha

5,7 -- 6,8

Frutilla

5,5 -- 6,5

Lechuga

6,0 -- 7,0

Melon

6,0 -- 6,7

Pepino

5,5 -- 6,8

Pimiento

5,5 -- 7,0

Rosa

6,4 -- 7,0

Tomate

6,2 -- 7,0

La mayoría de los cultivos prosperan en un rango de pH de 6,5.

En cuanto a los nutrientes, estos se encuentra en mayor disponiobilidad en un valor de alrededor de 6,5. En el gráfico 1 se observa la curva de disponibilidad creciente de nutrientes en función del pH.

Cuadro 1- Disponibilidad de nutrientes en función del pH.


La determinación del pH es sumamente importante ya que, junto con la salinidad son dos items que aportan una buena información acerca del comportamiento del suelo.

Cuando

De acuerdo a los resultados obtenidos, se debe considerar la corrección. En el caso que el pH sea ácido tal corrección se puede realizar con un encalado. De ser alcalina puede mejorarse con azufre y si se presenta un problema de sodicidad se puede subanar con yeso. Esto debe realizarse antes de preparar el suelo e incorporarse con anticipación ya que los correctores de pH necesitan un tiempo prudencial para transformarse y producir la mejora.

Por otra parte, durante el cultivo el pH cumple un rol fundamental y es preciso monitorearlo en forma periódica. Esta determinación se realiza sobre la solución del suelo mediante el uso de un extractor de tal solución.

La información obtenida permite realizar cambios en el programa de manejo del suelo bajo cultivo ya sea modificando el programa de fertirrigación variando la composición del mismo o agregando algún modificador de la solución nutritiva, como algún ácido ( nítrico, sulfúrico, o fosfórico ).

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